La taxonomía de Bloom es una herramienta pedagógica que clasifica los objetivos cognitivos en distintos niveles, desde los más simples a los más complejos, permitiendo a los educadores identificar, categorizar y planificar los objetivos del aprendizaje de una manera más efectiva.
Esta herramienta nos proporciona una forma de aproximar un proceso de aprendizaje aplicando una estructura sólida que nos va a servir para diseñar el contenido de lo que hay que aprender, el programa y las evaluaciones con las que procuraremos fomentar un aprendizaje integral.
Lo que nos propone es identificar primero los objetivos del aprendizaje en una situación determinada, y aplicar posteriormente los niveles de la taxonomía para estructurar actividades de aprendizaje y evaluaciones que correspondan a esos objetivos.
Desarrollada por el psicólogo estadounidense Benjamin Bloom se divide en tres ámbitos:
Cognitivo: hace referencia a la capacidad de procesar y emplear la información proporcionada en la resolución de problemas.
Afectivo: Se ocupa de la influencia de las emociones en el proceso de aprendizaje (actitudes, sentimientos, valores y prejuicios)
Psicomotor: Relaciona las habilidades motrices y de coordinación con otras destrezas del aprendizaje.
Nosotros vamos a centrarnos en el proceso de aprendizaje que proponemos en el ámbito cognitivo haciendo un barrido por estos niveles: