La taxonomía de Bloom es una herramienta pedagógica que clasifica los objetivos cognitivos en distintos niveles, desde los más simples a los más complejos, permitiendo a los educadores identificar, categorizar y planificar los objetivos del aprendizaje de una manera más efectiva.
Esta herramienta nos proporciona una forma de aproximar un proceso de aprendizaje aplicando una estructura sólida que nos va a servir para diseñar el contenido de lo que hay que aprender, el programa y las evaluaciones con las que procuraremos fomentar un aprendizaje integral.
Lo que nos propone es identificar primero los objetivos del aprendizaje en una situación determinada, y aplicar posteriormente los niveles de la taxonomía para estructurar actividades de aprendizaje y evaluaciones que correspondan a esos objetivos.
Desarrollada por el psicólogo estadounidense Benjamin Bloom se divide en tres ámbitos:
-
Cognitivo: hace referencia a la capacidad de procesar y emplear la información proporcionada en la resolución de problemas.
-
Afectivo: Se ocupa de la influencia de las emociones en el proceso de aprendizaje (actitudes, sentimientos, valores y prejuicios)
-
Psicomotor: Relaciona las habilidades motrices y de coordinación con otras destrezas del aprendizaje.
Nosotros vamos a centrarnos en el proceso de aprendizaje que proponemos en el ámbito cognitivo haciendo un barrido por estos niveles:
- Conocimiento: conocer el tema, identificar las bases de lo que se va a hablar y las herramientas a utilizar.
- Comprensión: este nivel sucede cuando una vez ya se han entendido los conceptos se es capaz de explicarlos con sus propias palabras.
- Aplicación: es posible aplicar lo aprendido a alguna situación de la vida real.
- Análisis: se es capaz de descomponer el conocimiento en partes e identificar la manera en que se relacionan esas partes creando una estructura global.
- Síntesis: Se aplican ideas que ya se tenían para recrear otras nuevas y es posible sacar conclusiones generales a partir de distintos datos aportados.
- Evaluación: se puede realizar un juicio crítico y comprobar el valor de una afirmación.
Si se visualiza en forma de pirámide, como vemos en la gráfica, en la base encontramos esas partes del proceso cognitivo más sencillo y a medida que avanzamos entramos en la abstracción y obtención de conclusiones propias. Es importante avanzar siguiendo esa jerarquía para conseguir que el proceso de aprendizaje sea fructífero.